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La maquinaria demente de Pulpit Vomit, surgida de los abismos más retorcidos del metal extremo estadounidense, está lista para dejar su huella con su primer álbum de larga duración, «Hospital Lens», que verá la luz el próximo 27 de julio a través de Rottweiler Records y Broken Curfew Records. Liderados por la perturbadora visión artística de Seth Metoyer, acompañado por los hermanos Kris Olson (bajo) y Tim Olson (batería), el trío ha forjado desde 2022 un catálogo de singles tan brutales como impredecibles —incluyendo una infame versión grindcore de “Jingle, Jingle, Jingle”—, pero es ahora cuando presentan su declaración definitiva de intenciones.
«Hospital Lens» es más que un álbum: es una pesadilla hecha carne, un descenso salvaje por los pasillos lúgubres de un manicomio en ruinas, donde la realidad se distorsiona y la locura dicta las reglas. El disco se abre con «Razor Jaw», un ataque sin concesiones que muerde con la furia de una bestia rabiosa. Riffs esquizoides, bajo distorsionado, baterías demoledoras y alaridos demente te sumergen en un caos frenético donde no hay espacio para el descanso.
A pesar de su violencia abrasiva, el álbum no carece de profundidad. «Untitled Instrumental», situada en el núcleo del trabajo, despliega una atmósfera espeluznante, casi cinematográfica, que se arrastra entre las grietas del resto de los temas, dejando una huella psicológica imborrable. Canciones como «Midnight Nun» —la más extensa del álbum— muestran una evolución en la composición sin perder un ápice de brutalidad, mientras que el primer sencillo, «The Filth», se arrastra por la psique del oyente con una mezcla de angustia, suciedad y agresión sin filtro.
Desde la amenaza latente de «No Place In Power» hasta la devastadora «Spewing Vomit From The Pulpit», el trío demuestra que no hay barreras que limiten su intensidad. Con una producción cruda y directa, «Hospital Lens» es un asalto sónico cargado de disonancia, agresión y nihilismo visceral.
Con este debut, Pulpit Vomit se posiciona como una de las propuestas más salvajes e impredecibles del underground norteamericano. «Hospital Lens» no solo es un álbum para escuchar, es una experiencia para sobrevivir.
The demented machinery of Pulpit Vomit, emerging from the most twisted depths of American extreme metal, is ready to make its mark with its first full-length album, «Hospital Lens», which will be released on July 27th through Rottweiler Records and Broken Curfew Records. Led by the disturbing artistic vision of Seth Metoyer, accompanied by brothers Kris Olson (bass) and Tim Olson (drums), the trio has forged since 2022 a catalog of singles as brutal as they are unpredictable — including an infamous grindcore rendition of «Jingle, Jingle, Jingle» — but it is now that they present their definitive statement of intent.
«Hospital Lens» is more than an album: it is a nightmare made flesh, a wild descent through the gloomy corridors of a ruined asylum, where reality is distorted and madness makes the rules. The record opens with «Razor Jaw», an unrelenting attack that bites with the fury of a rabid beast. Schizoid riffs, distorted bass, crushing drums, and maniacal screams plunge you into a frantic chaos where there is no room for rest.
Despite its abrasive violence, the album does not lack depth. «Untitled Instrumental», located at the core of the work, unfolds a chilling, almost cinematic atmosphere that creeps through the cracks of the other tracks, leaving an indelible psychological mark. Songs like «Midnight Nun» — the longest on the album — show an evolution in composition without losing a shred of brutality, while the first single, «The Filth», crawls through the listener’s psyche with a mix of anguish, filth, and unfiltered aggression.
From the latent threat of «No Place In Power» to the devastating «Spewing Vomit From The Pulpit», the trio proves that there are no barriers limiting their intensity. With a raw and direct production, «Hospital Lens» is a sonic assault loaded with dissonance, aggression, and visceral nihilism.
With this debut, Pulpit Vomit positions itself as one of the wildest and most unpredictable acts in the North American underground. «Hospital Lens» is not just an album to listen to — it is an experience to survive.
