
(English Below)
El blackened folk metal es un género que vive de la atmósfera, y la banda sueca Bergsvriden no solo la recrea, sino que la invoca directamente del bosque encantado. Su álbum «I haggans Afton» (La Tarde de la Bruja) no se siente como una simple colección de canciones; es un rito de nueve pliegues, un hechizo de folk horror retorcido en metal.
Desde el primer tema sónico, quedo atrapado. El himno de apertura, «I jord och sten», comienza con un susurro espectral, desplegando melodías con una gracia suave, casi vacilante, que tejen un tapiz de pavor incipiente. La llegada es inmediata, con una profunda gravedad terrenal, sintiéndose auténticamente antiguo, nacido de la tierra y la piedra.
Musicalmente, el álbum es un testimonio de composición meticulosa. El tono de la guitarra, crudo, centrado en los medios y con una resonancia pantanosa, me arrastra a un lodazal sónico que evoca al Gorgoroth más primitivo, pero con una capa espectral. Los riffs trepidantes de trémolo abrasador y las progresiones de acordes disonantes atraviesan el paisaje sonoro con una energía salvaje, cortesía del maestro ritual Trollmania.
Lo que realmente eleva este trabajo es la interacción dinámica de la percusión y la instrumentación folclórica. La batería alterna entre furiosos blast beats y pisadas más lentas y ceremoniales, guiando la procesión a través de la furia helada («Helvetesritten»). Pero es la presencia de los instrumentos folclóricos la que me fascina. La flauta de Öltomten atraviesa la mezcla con una claridad lúgubre, mientras que el acordeón de Trollmania insufla una vitalidad rústica, casi pagana, resonando con el fervor de bandas como Turisas y Finsterforst. Estos elementos se entrelazan con arreglos orquestales y carillones de teclado, brillando como luz de la luna sobre objetos malditos.
Las voces son viciosas e implacables, una escalofriante variedad de gruñidos ásperos y gritos ahogados de Trollmania y Trollpung que atraviesan el velo, inmersas en el miedo primario del folclore escandinavo. No hay voces limpias, y eso es una afirmación de la intención del álbum: es pavor puro.
La producción es esencial para este ritual. Se siente menos grabada y más invocada, arrancada de las raíces mismas de un bosque embrujado. Su estética cruda y DIY es deliberada; prioriza la atmósfera casi sobrenatural sobre cualquier pulido ‘slick’. Esta crudeza, sin embargo, es notablemente clara, permitiendo que el bajo de Öltomten se enrosque como una serpiente, una presencia que se siente visceralmente más que se escucha de forma ostentosa.
Himnos como «En ryslig haggas spel», que tuerce el rito en teatralidad de folk horror, y «Ödemark och dimma», que cierra el viaje en niebla y desolación, demuestran que cada pista es una entidad distinta que, sin embargo, fluye con una inevitabilidad espectral.
«I haggans Afton» no solo toca música; lanza hechizos. Es agresivo, pegadizo, crudo e inmerso en misticismo blackened folk. Para aquellos que deambulan por los páramos de noche, este álbum es una compañía necesaria. No tengo nada que objetar a esta ofrenda musical, solo gratitud.
Puntuación: 9.5/10
«I haggans Afton» es una obra maestra de atmósfera, composición y ejecución dentro del blackened folk metal. La banda logra una fusión perfecta entre la agresión cruda del black metal de la vieja escuela y la teatralidad escalofriante del folclore oscuro. La precisa y vital inclusión de la flauta y el acordeón, junto con una producción intencionalmente cruda pero clara, crea una experiencia pantanosa y fantasmal inigualable. Es un álbum que se debe experimentar como un ritual.
Tracklist de «I haggans Afton»
- «Jord och sten»
- «Helvetesritten»
- «En ryslig haggas spel»
- «I ottan de döda sjunga»
- «Vår Bergakung och troll»
- «En best till sjös»
- «Kråkans domän»
- «De skugglika»
- «Ödemark och dimma»
Multimedia
Miembros
Trollmania — Guitarra, Voz, Bateria, Acordeon
Öltomten — Bajo, Flauta, Coros
Trollpung — Voz
Redes sociales
Facebook: https://www.facebook.com/Bergsvriden/
Instagram: https://www.instagram.com/bergsvriden/
Bandcamp: https://bergsvriden.bandcamp.com/music
The blackened folk metal is a genre that lives on atmosphere, and the Swedish band Bergsvriden not only recreates it, but directly invokes it from the haunted woodland. Their album «I haggans Afton» (The Evening of the Hag) does not feel like a simple collection of songs; it is a ninefold rite, a folk horror spell twisted into metal.
Since the first sonic track, I am captivated. The opening hymn, «I jord och sten» begins with a spectral whisper, unfolding melodies with a gentle, almost hesitant grace, that weave a tapestry of burgeoning dread. The arrival is immediate, with a deep earthly gravitas, feeling authentically ancient, born of soil and stone.
Musically, the album is a testament to meticulous composition. The guitar tone, raw, mid-focused, and with a swampy resonance, drags me into a sonic mire that evokes the most primitive Gorgoroth, but with a spectral layer. The blistering tremolo riffs and the dissonant chord progressions tear through the soundscape with a wild energy, courtesy of the ritual master Trollmania.
What truly elevates this work is the dynamic interplay of the percussion and the folk instrumentation. The drumming alternates between furious blast beats and slower, ceremonial stomps, guiding the procession through the frostbitten fury («Helvetesritten»). But it is the presence of the folk instruments that fascinates me. Öltomten‘s flute pierces through the mix with a mournful clarity, while Trollmania‘s accordion breathes a rustic, almost pagan vitality, resonating with the fervor of bands like Turisas and Finsterforst. These elements are interwoven with orchestral arrangements and keyboard chimes, shining like moonlight upon cursed objects.
The vocals are vicious and unrelenting, a chilling array of rasping snarls and strangled screams from Trollmania and Trollpung that pierce the veil, steeped in the primal dread of Scandinavian folklore. There are no clean vocals, and that is an affirmation of the album’s intent: it is pure dread.
The production is essential to this ritual. It feels less recorded and more invoked, wrenched from the very roots of a haunted woodland. Its raw,DIY aesthetic is deliberate; it prioritizes the almost supernatural atmosphere over any slick polish. This rawness, however, is remarkably clear, allowing Öltomten‘s bass to coil like a serpent, a presence that is felt viscerally more than distinctly heard.
Hymns like «En ryslig haggas spel» which twists the rite into folk horror theatrics, and «Ödemark och dimma» which closes the journey in fog and desolation, demonstrate that each track is a distinct entity that, nevertheless, flows with a spectral inevitability.
«I haggans Afton« does not just play music; it casts spells. It is aggressive, catchy, raw, and steeped in blackened folk mysticism. For those who wander the moors at night, this album is a necessary companion. I have nothing to object to this musical offering, only gratitude.
Score: 9.5/10
«I haggans Afton« is a masterpiece of atmosphere, composition, and execution within blackened folk metal. The band achieves a perfect fusion between the raw aggression of old-school black metal and the chilling theatricality of dark folklore. The precise and vital inclusion of the flute and accordion, along with an intentionally raw but clear production, creates an unparalleled swampy and ghostly experience. It is an album that must be experienced as a ritual.



