Necrophiliac

Atanatos

El Death Metal está de celebración Necrophiliac vuelve a la carga con las fuerzas y la ideas renovadas!!

Bio del grupo

La historia de Necrophiliac es la historia de los inicios del Death Metal en España; pero también podría ser una aleccionadora metáfora del sacrificio, la perseverancia y el esfuerzo incesante que finalmente acaban en el sumidero. O no.

Lo tenían todo en contra. Hacer música extrema en un pueblo de Andalucía no es nada fácil. Durante algún tiempo pulularon por diversos locales de ensayo, improvisados algunos de ellos en los sitios más inverosímiles: un cuarto de pila, una cochera que debían desalojar rápidamente después del ensayo, un almacén de cerveza, el hueco de una escalera… Con demasiada frecuencia, una turbamulta de vecinos furibundos presionaban al arrendador del local para que los echara de allí con cajas destempladas.

A la carencia de medios técnicos había que sumarle el sentimiento de aversión que provocaban entre las mismas huestes del Heavy Metal. En el concierto que sirvió para grabar «Endless Death», ocurrió una pequeña anécdota que podría ilustrar fielmente la incomprensión que a menudo sufría la banda: el batería de un conocido grupo sevillano de Heavy Metal, de cuyo nombre no consigo acordarme, le espetó al por entonces batería de Necrophiliac Piti:

— ¿Para qué quieres dos bombos si lo único que hacéis es ruido? — Pues para hacer más ruido — contestó Piti a la sazón.

Pese a todo, el sonido primitivo de «Endless Death» agradó a la crítica. Recordaba a Venom, a Possessed, a Sepultura en sus inicios.

Infernal Exorcism

La sustitución de Piti por Sweick y la incorporación de Uli al bajo supuso un nuevo acicate para la banda. Jacinto, disciplinado e incansable trabajador, pasó a tocar la guitarra rítmica y a componer temas cada vez más elaborados sin perder un ápice de brutalidad. El fruto de ese trabajo quedó plasmado en «Infernal Exorcism», maqueta registrada con la ayuda de un grabador analógico de 4 pistas, donde puede apreciarse un sonido más profesional y el notable magisterio de Chuck Schuldiner (sin que ello constituyera un desdoro para el grupo). Debido a problemas internos, Jacinto fue expulsado del grupo.

«Necrosion» fue una demo rehersal que grabaron como cuarteto, en donde se aprecia un sonido más pulido, sin demasiadas aristas, y unas composiciones mucho más complejas. Atrás quedaron el proto-Death o paleo-Death de los primeros años.

Process of Impalement

Como cuarteto también editan «Process of Impalement», una demo-live grabada en un concierto que ofrecieron junto a Legión. Gracias a Dave Rotten, de Drowned Production, sendas maquetas fueron recogidas en «Excremental Pregnancy». En aquel tiempo, Dave Rotten era el mayor conocedor y difusor de Death Metal de toda España (probablemente siga siéndolo aún). Recuerdo un fin de semana en el piso que los padres de Uli tenían en El Puerto de Santa María (Cádiz). Dave Rotten se encontraba en Jerez de la Frontera cumpliendo el servicio militar y vino a hacernos una visita durante su permiso de fin de semana. Se presentó armado de un grandísimo arsenal de maquetas de la entonces incipiente escena del Death Metal europeo (Nihilist, Asphyx, Unleashed, Phlegethon, Disharmonic Orchestra) que hizo explotar inclemente en nuestros oídos. Confieso que por momentos llegué a aborrecer el Death Metal.

Miguel se une a Necrophiliac poco después. Sus gustos musicales (Morbid Angel y Carcass) influyen notablemente en las nuevas composiciones y en el nuevo sonido de la banda, como quedó reflejado en «Visceral Fruit», el embrión de lo que luego sería poco después «Chaopula, Citadel of Mirrors».

Citadel Of Mirrors

La grabación de «Chaopula, Citadel of Mirrors» fue un auténtico fiasco. Creo que los técnicos de sonido se vieron desbordados por el material que tenían entre manos. Sencillamente, no sabían qué hacer con él. ¿Quién había grabado algo ni remotamente parecido en Sevilla? Sonido sofocado y grosero, claustrofóbico, como el acre hedor salido de un ataúd mal cerrado (¿Open Casket?), en el que apenas se permite apreciar ningún matiz. La crítica fue inclemente y el disco fue calificado como la mejor maqueta del año 1992.

Se han reseñado en alguna ocasión las influencias literarias en los textos del «Chaopula…». Se ha mencionado a Poe, a Borges y quizá a alguno más. Lo que queda claro es que las letras se alejan de los lugares comunes del satanismo y la brujería para profundizar en la MALDAD. La MALDAD, con mayúsculas, no la encarnada por la manida figura de Satán, sino una maldad incorpórea, una maldad metafísica, una fuerza que se extiende y amenaza con destruir todo cuanto toca a paso, el pandemonio absoluto, el Ovoe Tenebrae. Indefectiblemente, las composiciones de «Chaopula, Citadel of Mirrors» nos recuerdan a la furiosa música de Erich Zann (Lovecraft), cuyos acordes impedían a los ignotos misterios que acechaban en la noche penetrar en el mundo de los mortales.

El concierto con Carcass en Madrid les puso sobre la pista de adónde querían llegar. Pero no llegaron. Les faltó el arrojo (quizá la valentía), el último esfuerzo. Y la bola rodó de nuevo a la sima. En España, quien resiste, gana, y ellos no supieron resistir. No agotaron el ámbito de lo posible.

Habría que destacar también el papel fundamental que tuvo Juan Apresa (Olín) en Necrophiliac. La persona que probablemente, junto a Dave Rotten, haya tenido más fe en el grupo. Juan Apresa, figura casi paternal, fue el apoderado que tuvo que lidiar en no pocas ocasiones con el morlaco de la desidia de la banda. Creo que aún le deben alguna que otra cuota de alquiler, después de casi 25 años.