Vulvectomy – «Aberrant Vaginal Gestation»

(English Below)

Cuando el brutal death metal se adentra sin reservas en los terrenos más abyectos de la condición humana, aparecen nombres como Vulvectomy, donde la música no solo hiere, sino que revuelve. Tras doce años de mutismo discográfico y habiéndose convertido casi en un mito entre los devotos del slam más visceral, el cuarteto italiano irrumpe con «Aberrant Vaginal Gestation», su cuarto álbum, una odisea sonora tan ofensiva como musicalmente efectiva.

A estas alturas, nadie espera mesura de una banda que ha hecho de la obscenidad un estandarte. Y sin embargo, lo que podría haber quedado en una farsa de shock value se convierte, paradójicamente, en un ejercicio de precisión quirúrgica dentro del estilo. Este es un disco tan grotesco en concepto como refinado en ejecución, donde la brutalidad extrema se combina con grooves infecciosos, blast beats inhumanos y una producción que aplasta sin piedad.

Desde el arranque con «Maggots Infested Clit», queda claro que Vulvectomy no ha perdido el filo. La banda, compuesta por Diego Fanelli (voz), Mario Di Giambattista (guitarra, Corpsefucking Art, Devangelic), Giorgio Cavaliere (bajo) y Marco Coghe (batería, también en Devangelic y Posthuman Abomination), ataca con la fórmula clásica del slam: riffs lentos y gruesos alternados con secciones ultrarrápidas, blast beats ciclópeos y guturales imposibles de transcribir.

Las canciones tienen nombres que son directamente armas biológicas —«Scrotal Abscess Drainage», «Choked with Menstrual Drippings», «Rectal Electroejaculation»— y sin embargo, hay un método dentro de este caos: una ejecución técnica implacable y un sentido del ritmo que transforma el asco en movimiento físico inevitable. Las partes de mosh abundan, cada tema se construye como un mecanismo de tortura sonora, calibrado para romper cuellos en directo.

El álbum fue mezclado por Alessio Cattaneo (Corpsefucking Art, Hideous Divinity) y masterizado por Stefano Morabito (Fleshgod Apocalypse, Vomit the Soul), una dupla que garantiza un sonido arrollador, sin espacio para respirar. Las guitarras suenan como si fueran cortadas con bisturí oxidado, los bombos de Coghe retumban con fuerza tectónica, y la voz de Fanelli es un gruñido cavernoso que se convierte en parte del entramado rítmico.

Visualmente, la portada firmada por Guang Yang es una orgía repulsiva de deformidad, más cercana a una pesadilla médica que a cualquier representación simbólica tradicional. Este arte no adorna: amplifica la narrativa. Porque «Aberrant Vaginal Gestation» no solo suena brutal, es brutalidad pura encarnada. Y en esta honestidad sin concesiones reside su poder.

Aunque el álbum no innova dentro del subgénero —de hecho, se regodea en sus tropos más repugnantes—, su excelencia está en la coherencia y la intensidad mantenida durante los 10 temas. Desde la agresividad demencial de «Analsphyxiation», pasando por la cadencia machacona de «Geriatric Ass Fucker», hasta el clímax con «Rectal Electroejaculation», todo está meticulosamente diseñado para ser repugnante, físico, extremo.

No es un disco para todos. Ni lo pretende. Aquí no hay espacio para florituras ni atmósferas. Solo hay huesos triturados, carne desgarrada y pus ideológico convertido en música. Es, en cierto sentido, la versión extrema del arte por el arte, solo que aquí el arte es la podredumbre sonora más abyecta posible.

«Aberrant Vaginal Gestation» es una declaración nihilista, un ataque frontal a todo lo civilizado, un testamento de que el brutal death slam sigue vivo, enfermo y deformado, tal y como debe ser. En tiempos donde la brutalidad tiende a la sobreproducción técnica y el deathcore escamotea el impacto con efectos digitales, Vulvectomy regresa como una masa orgánica de riffs sucios, violencia desatada y estética hiperexplícita.

No apto para oídos sensibles. No recomendable para mentes cerradas. Pero si buscabas un disco que capture el alma pútrida del slam clásico, este es tu infierno personal servido en bandeja de acero quirúrgico.

Puntuación: 8.5 / 10 Brutal death sin filtros ni vergüenza, ejecutado con precisión y violencia desmedida. Vulvectomy sigue siendo el padrastro degenerado del slam europeo.

Track list de «Aberrant Vaginal Gestation»

Miembros

Redes sociales

Bandcamp: https://vulvectomy.bandcamp.com/
Instagram: https://www.instagram.com/vulvectomyslam/#
Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCK1zEqXw8Mr0DJNQY9QutOw
Facebook: https://www.facebook.com/vulvectomyslam

When brutal death metal dives headfirst into the most abject realms of the human condition, names like Vulvectomy appear, where the music doesn’t just hurt — it churns. After twelve years of discographic silence and having almost become a myth among the devotees of the most visceral slam, the Italian quartet bursts forth with «Aberrant Vaginal Gestation», their fourth album, a sonic odyssey as offensive as it is musically effective.

At this point, no one expects restraint from a band that has made obscenity its banner. And yet, what could have remained a farce of shock value becomes, paradoxically, an exercise in surgical precision within the style. This is an album as grotesque in concept as it is refined in execution, where extreme brutality is combined with infectious grooves, inhuman blast beats, and a production that crushes without mercy.

From the outset with «Maggots Infested Clit», it’s clear that Vulvectomy hasn’t lost its edge. The band, composed of Diego Fanelli (vocals), Mario Di Giambattista (guitar, Corpsefucking Art, Devangelic), Giorgio Cavaliere (bass), and Marco Coghe (drums, also in Devangelic and Posthuman Abomination), attacks with the classic slam formula: slow, thick riffs alternating with ultra-fast sections, cyclopean blast beats, and gutturals impossible to transcribe.

The songs have names that are directly biological weapons — «Scrotal Abscess Drainage», «Choked with Menstrual Drippings», «Rectal Electroejaculation» — and yet, there is a method within this chaos: a relentless technical execution and a sense of rhythm that turns disgust into inevitable physical movement. The mosh parts abound; each track is built like a sonic torture device, calibrated to break necks live.

The album was mixed by Alessio Cattaneo (Corpsefucking Art, Hideous Divinity) and mastered by Stefano Morabito (Fleshgod Apocalypse, Vomit the Soul), a duo that guarantees a crushing sound with no room to breathe. The guitars sound like they’re being sliced with a rusty scalpel, Coghe’s kick drums rumble with tectonic force, and Fanelli’s voice is a cavernous growl that becomes part of the rhythmic framework.

Visually, the cover art signed by Guang Yang is a repulsive orgy of deformity, closer to a medical nightmare than to any traditional symbolic representation. This artwork doesn’t embellish: it amplifies the narrative. Because «Aberrant Vaginal Gestation» doesn’t just sound brutal — it is pure brutality incarnate. And in this uncompromising honesty lies its power.

Although the album does not innovate within the subgenre —in fact, it revels in its most repugnant tropes—, its excellence lies in the coherence and intensity maintained across the 10 tracks. From the demented aggression of «Analsphyxiation», through the pummeling cadence of «Geriatric Ass Fucker», to the climax with «Rectal Electroejaculation», everything is meticulously designed to be repugnant, physical, extreme.

It’s not an album for everyone. Nor does it pretend to be. There’s no room here for ornamentation or atmosphere. There are only crushed bones, torn flesh, and ideological pus turned into music. It is, in a sense, the extreme version of art for art’s sake, only here the art is the most abject sonic rot possible.

«Aberrant Vaginal Gestation» is a nihilistic statement, a frontal assault on all things civilized, a testament that brutal death slam is still alive, sick, and deformed — just as it should be. In times when brutality tends toward technical overproduction and deathcore steals impact with digital effects, Vulvectomy returns as an organic mass of filthy riffs, unleashed violence, and hyper-explicit aesthetics.

Not suitable for sensitive ears. Not recommended for closed minds. But if you were looking for an album that captures the rotten soul of classic slam, this is your personal hell served on a surgical steel platter.

Score: 8.5 / 10 Brutal death with no filters or shame, executed with precision and unrestrained violence. Vulvectomy remains the degenerate stepfather of European slam.