Imminence Belleza, oscuridad y furia en perfecta armonía
En una edición cargada de contrastes estilísticos, Imminence ofreció en Leyendas del Rock 2025 una de las actuaciones más emotivas y poderosas del festival. Los suecos, liderados por el carismático Eddie Berg, demostraron por qué su propuesta única de metalcore sinfónico y emocional sigue creciendo con cada disco y gira.
Desde el primer acorde de «Temptation», el público fue arrastrado a un torbellino de angustia melódica y una puesta en escena cuidadosamente orquestada. Eddie Berg alternaba entre gritos desgarradores y pasajes de voz limpia profundamente melancólicos, todo mientras ejecutaba conmovedores solos de violín que añadían una dimensión épica a temas como «Death by a Thousand Cuts» y «Desolation».
La gira actual, centrada en su más reciente álbum «The Black» (2024) y su edición extendida «The Return of the Black» (2025), sirvió como columna vertebral del concierto. Canciones como «Heaven Shall Burn» y «God Fearing Man» fusionaron a la perfección el dramatismo orquestal con la contundencia del metal moderno, dejando claro que la banda no solo ha encontrado su identidad, sino que la ha refinado al máximo.
«Death Shall Have No Dominion» retumbó como un canto fúnebre y catártico, y el cierre con «The Black», tema homónimo de su último trabajo, fue una explosión de intensidad que dejó a la audiencia sin aliento.
Imminence ha perfeccionado la alquimia entre lo brutal y lo bello. En vivo, esta dualidad se magnifica y conmueve. No es solo música para romper cuellos; es música para mirar hacia adentro y encontrar algo que quizá habías olvidado. En Leyendas del Rock, su paso fue precisamente eso: un recuerdo imborrable, oscuro, elegante y lleno de vida.
dArtagnan Brindis, coraje y folk-rock de capa y espada
La banda bávara dArtagnan trajo a Leyendas del Rock 2025 un torbellino de energía, romanticismo y camaradería al más puro estilo “mosquetero”. Con su particular fusión de folk, hard rock y espíritu épico, los alemanes ofrecieron un concierto tan vibrante como emotivo, en el que cada canción fue un brindis por la vida, la libertad y la hermandad.
Desde el primer acorde de «Ruf der Freiheit», quedó claro que dArtagnan no venía a pasar desapercibido. Vestidos como salidos de una novela de Dumas y con una puesta en escena donde cada instrumento —flautas, gaitas, violines, mandolinas y guitarras eléctricas— encontraba su espacio, la banda liderada por Ben Metzner convirtió el escenario en una taberna medieval donde todos éramos bienvenidos.
Con temas como «Feuer & Flamme», el público fue cayendo en un trance de palmas, bailes y sonrisas. El violín de Gustavo Strauss se lució especialmente, mientras que las guitarras de Tim Bernard y Haiko Heinz aportaban ese filo rockero que eleva el folk al rango de himno.
Momentos más íntimos como «Herzblut» trajeron matices melancólicos y profundamente emotivos, recordando que detrás de la alegría también late un corazón lleno de historias y heridas. Pero dArtagnan no dejó que la nostalgia ganara el terreno: rápidamente nos sacaron de la contemplación con el himno «Trink mein Freund», seguido de una poderosa interpretación de «Was wollen wir trinken», que convirtió el recinto en un coro gigante de celebración además de que Ben la canto íntegramente desde el publico, cosa que acentuó mas la sensación de mito para el grupo.
El final fue apoteósico: tras el encore con «C’est la vie», uno de sus mayores éxitos y un cierre que hizo vibrar a todos con «Hey Brother», en homenaje a la fraternidad universal que reina en festivales como este.
dArtagnan no es solo una banda: es una experiencia. Una celebración con alma de trovadores modernos que saben que la música puede ser épica sin perder el corazón. Y en Leyendas, su mensaje fue claro: todos para uno… y el rock para todos.
Hanabie Explosión kawaii-core
Vestidas con colores llamativos, moños gigantes y una actitud que destilaba caos, las japonesas Hanabie arrasaron en su debut en Leyendas del Rock 2025 como si llevaran décadas encabezando carteles. Su estilo «Harajuku-core», una fusión imposible entre metalcore, nu metal, electrónica y estética idol japonesa, fue el contraste perfecto para una jornada que necesitaba aire fresco, color y descontrol controlado.
Desde el primer acorde de «O•TA•KU Lovely Densetsu», quedó claro que esto no sería un concierto convencional. Yukina, con su brutal presencia escénica, alternaba gritos guturales con líneas melódicas dulzonas, mientras el público —atónito primero, rendido después— se contagiaba de la energía explosiva del grupo.
Matsuri, guitarrista y alma creativa, no paró de moverse, lanzando riffs hiperactivos con precisión quirúrgica, mientras que Hettsu, con su bajo en mano y actitud despreocupada, balanceaba el caos con groove. Chika, la última en unirse a la banda, demostró que no hay nada provisional en su papel: técnica sólida, precisión rítmica y una sonrisa permanente incluso en los pasajes más extremos.
El repertorio incluyó temas de su celebrado álbum «Reborn Superstar!» (2023), combinados con piezas de su EP más reciente «Bucchigiri Tokyo» (2024) y su primer disco «Girl’s Reform Manifest» (2021). Entre breakdowns salvajes, cambios de ritmo frenéticos y coreografías mínimas pero efectivas, el show fue un frenesí de estímulos visuales y sonoros. Incluso se atrevieron con «Spicy Queen», su single más reciente, desatando un pogo inesperado en medio de brillos y estética kawaii.
Lejos de ser una curiosidad japonesa, Hanabie. dejó claro que su propuesta no es un chiste: es una reinvención del metal moderno desde una mirada joven, sin complejos y profundamente creativa. En Leyendas del Rock 2025, estas cuatro chicas no solo se ganaron nuevos fans. Demostraron que en el metal, lo excéntrico también puede ser absolutamente demoledor.
Painstorm: La descarga de violencia en Leyendas del Rock
Hoy asistí al concierto de Painstorm en el Leyendas del Rock, y me quedó claro por qué el metal extremo tiene su sitio en este festival. La banda, con su death metal sin concesiones, ofreció una actuación que fue un asalto directo a los sentidos.
La banda optó por ir al grano, con riffs demoledores y una batería que sonaba como un martillo. Su propuesta es cruda y directa, algo que se agradece en un festival tan variado. Se centraron en lo que saben hacer: una descarga de caos controlado que sonó sólida de principio a fin.
Me llamó la atención que, a pesar de lo directo de su sonido, la banda se mostró muy compacta. El cantante llevaba el show con una voz que era puro gruñido, pero que conectaba perfectamente con la música. El resto de la banda formaba un bloque que demostraba tablas.
Fue especialmente interesante ver cómo integraron material de su último trabajo, «Fun and Violence», se notaba que estos temas sonaron con un extra de frescura y potencia. Es un álbum que acaba de salir, y la banda lo defendió en directo con una actitud moderna.
Terminé el concierto con los oídos zumbando y la sensación de que Painstorm cumplió su misión. Demostraron que el metal más duro sigue vivo y con una actitud contemporánea. Fue un concierto honesto, sin grandes alardes, donde la música habló por sí misma.
The Halo Effect Los arquitectos del «Gothenburg sound» reconquistan Leyendas del Rock 2025
En una noche marcada por la nostalgia y la renovación, The Halo Effect subió al escenario principal de Leyendas del Rock 2025 para demostrar que el melodic death metal sueco no solo está vivo, sino en plena forma. Con una formación que sería el sueño húmedo de cualquier fan de los primeros años de In Flames, esta superagrupación ha sabido canalizar su legado en una propuesta actual, madura y absolutamente devastadora en directo.
Desde la introducción instrumental que precedió a «Detonate», primer single de su más reciente disco «March of the Unheard» (2025), el público fue envuelto en una atmósfera cargada de agresividad melódica y precisión quirúrgica. Mikael Stanne, siempre impecable al frente, alternó su característico growl con breves momentos de voz limpia, dotando de profundidad emocional a cada tema.
La banda ofreció un repaso equilibrado entre sus dos álbumes, con cortes como «Feel What I Believe», «Days of the Lost» o «The Needless End» generando una respuesta eufórica. La química se refleja claramente en la composición: riffs melódicos, ganchos memorables y una estructura de canciones que remite directamente al sonido de Gotemburgo de los años 90, pero sin sonar anticuado.
El punto más emotivo del show llegó con «A Truth Worth Lying For», donde los asistentes corearon cada verso mientras la banda desplegaba una intensidad conmovedora. Para el cierre, como no podía ser de otra forma, eligieron su carta de presentación: «Shadowminds», una pieza que ya se ha convertido en un clásico contemporáneo del género.
The Halo Effect no solo vino a recordar de dónde viene el metal melódico sueco. Vino a marcar el camino hacia donde puede y debe ir. Técnica, sentimiento y una ejecución en vivo que raya la perfección: su actuación en Leyendas del Rock 2025 fue un homenaje vibrante al pasado… y una declaración poderosa de futuro.
Miracle of Sound Himnos de leyenda
Pocos artistas pueden jactarse de que cada canción de su setlist sea una puerta directa a otro mundo. Pero Gavin Dunne, alias Miracle of Sound, lo hace con una naturalidad casi mágica. En su show, no solo toca música: nos lleva de viaje.
Desde el primer acorde de «Deceiver», el público se transforma: ya no somos simples oyentes, somos Dovahkiin, somos leyenda.
Y entonces llega «Ode to Fury», donde Dunne se convierte en un bardo viking-metal, fusionando fuerza con belleza. «Sirona» y «Gráinne Mhaol, Queen of Pirates» nos llevan de Irlanda a alta mar, con sabor celta y leyenda histórica. Gavin no solo canta: cuenta historias que parecen ancestrales.
Con «Hell to Pay» y «Whatever Comes Our Way», regresa la garra. El público corea cada palabra como si estuviera entrando en batalla. Luego, los cielos se abren con «Skål», donde la mitología nórdica y el espíritu guerrero se funden en un brindis eterno.
El tramo final del show es pura épica: «Beneath the Black Flag» nos convierte en corsarios, y «Valhalla Calling» —su himno más poderoso— en vikingos destinados a la gloria. Cerrando con «All As One», el mensaje es claro: juntos, en la música, somos invencibles.
Cada canción del setlist no es solo un tema, es una historia que hemos vivido en carne propia, con mando en mano y corazón latiendo. Miracle of Sound da vida a nuestras leyendas favoritas.
Heilung Ritual ancestral en carne y hueso en Leyendas del Rock 2025
No fue un concierto. Fue un portal. Cuando las luces se apagaron y una veintena de figuras vestidas con pieles, huesos, lanzas y tambores ocuparon lentamente el escenario de Leyendas del Rock 2025, el tiempo pareció detenerse. El público, acostumbrado a pogos, cuernos al aire y guitarrazos, quedó en absoluto silencio. Heilung había comenzado su ceremonia.
Encabezados por Kai Uwe Faust, Maria Franz y Christopher Juul, el colectivo germano-nórdico convirtió el recinto en una especie de templo pagano. Voces guturales salidas de las profundidades de la tierra se fundieron con cánticos étericos, percusión tribal, cuernos de guerra y salmodias extraídas de manuscritos medievales, en una experiencia tan física como espiritual.
El arranque con «In Maidjan» fue hipnosis pura: Kai, cubierto de símbolos rúnicos, entonaba invocaciones mientras los guerreros de apoyo golpeaban tambores como si estuvieran anunciando el Ragnarok. Maria, vestida como una diosa celta, flotaba entre notas imposibles, etérea, pero tan imponente como cualquier frontwoman de metal extremo. Cada gesto, cada movimiento, parecía ensayado por siglos de tradición oral.
El repertorio, centrado en sus discos «Ofnir», «Futha» y el más reciente «Drif», tejía una narrativa circular: nacimiento, guerra, muerte, renacimiento. Temas como «Svanrand», «Anoana» y «Asja» sumergieron al público en un trance colectivo, mientras la danza ritual y las sombras proyectadas por las antorchas falsas daban forma a un mundo olvidado, pero visceralmente presente.
En lugar de interactuar con el público, Heilung hablaba en otro idioma: el de la vibración, la intención y lo sagrado. No hubo bises, ni presentaciones de los músicos, ni agradecimientos al uso. Solo un cierre con «Hamrer Hippyer», con todo el grupo marcando el ritmo de guerra en un crescendo que puso los pelos de punta a miles de asistentes. Cuando terminaron, hubo unos segundos de silencio sepulcral. Luego, un rugido de ovación como pocas veces se ha oído en el festival.
Con los ancestros, con la tierra, con una parte del público que no sabían que existía. Su actuación en Leyendas del Rock 2025 no fue solo uno de los conciertos más singulares del festival: fue una experiencia liminal, una sanación colectiva a base de piel, hueso y sonido.
Kanonenfieber La guerra no ha terminado, crónica de un estallido sonoro en Leyendas del Rock 2025
En un festival donde la teatralidad abunda y las propuestas extremas se dan cita, Kanonenfieber dejó una marca indeleble en Leyendas del Rock 2025. Ataviados con uniformes alemanes de la Primera Guerra Mundial y con los rostros cubiertos por máscaras negras, el grupo convirtió el escenario en un campo de batalla sonoro, llevando al público a través de un viaje desgarrador por los horrores del conflicto armado más crudo del siglo XX.
La banda, liderada en estudio por el enigmático Noise, desplegó una puesta en escena tan sobria como impactante. Abrieron con «Menschenmühle», una declaración de intenciones brutalmente rítmica que sacudió al público desde los primeros compases. Desde ahí, la descarga fue ininterrumpida: «Sturmtrupp», sonó como un martillo de trinchera, con riffs afilados y una batería que golpeaba con precisión quirúrgica.
La atmósfera que construyen en vivo es claustrofóbica, dolorosa y conmovedora. Canciones como «Der Füsilier I» no solo evocan los traumas del frente, sino que los hacen palpables a través de pasajes instrumentales melódicos que contrastan con la violencia sonora del resto del set.
De su más reciente álbum «Die Urkatastrophe» (2024), destacaron cortes como «Z-VOR» y «Die Havarie», temas que muestran una evolución hacia estructuras más complejas, casi post-metálicas, pero sin perder un ápice de crudeza. El público respondió con respeto y entrega, consciente de estar presenciando algo más que música: una experiencia.
La actuación cerró con «Ausblutungsschlacht», una ráfaga final que dejó al público exhausto, reflexivo y aplaudiendo de pie.
En una era donde el metal extremo muchas veces cae en lo abstracto, ellos traen historias reales, nombres olvidados y tragedias históricas de vuelta a la memoria colectiva. Sin egos, sin rostro, solo sonido, historia y verdad.
The Cost El nuevo latido del Estepario Siberiano en Leyendas del Rock 2025
Con apenas unos meses desde su formación, The Cost, la nueva banda liderada por el proyecto de El Estepario Siberiano, se presentó en Leyendas del Rock 2025 con una propuesta llena de nervio, sentimiento crudo y una madurez sorprendente. Su directo habló por sí solo: guitarras afiladas, presencia escénica magnética y un repertorio capaz de enganchar al público desde el primer segundo.
El concierto arrancó con «Into the Drone», un tema inicial inmersivo que combinó riffs oscuros con atmósferas densas, dejando ver la mano del creador tras el proyecto. Pronto saltaron a «Counting Every Dime», donde la banda desplegó una energía contagiosa, con una base rítmica que golpeaba con precisión y melodías que pegaban fuerte en la memoria.
Canciones como «Her Eyes» y «One of a Kind» mostraron un enfoque más íntimo, explorando pasajes de introspección con un tono vocal cargado de emoción y guitarras que lloraban y rugían al unísono. El público respondió con atención hipnótica, como si cada palabra y cada nota contara una historia personal e intransferible.
Con temas más enérgicos, como «Ginger», “Floods” y «The Bricklayer», The Cost encendió el escenario. Ritmos tensos, estribillos coreables y la sensación de estar frente al nacimiento de algo grande. El momento cumbre llegó en «Not For Me», un tema que condensó toda la identidad del grupo: anhelo, compromiso, honestidad y un pulso firme que dejó claro por qué este proyecto merece una escucha atenta y una proyección prometedora.
The Cost, con su actuación en Leyendas, demostró que las nuevas formaciones, incluso sin años de trayectoria, pueden plantar bandera si emergen desde la autenticidad. Su puesta en escena fue sincera y sin artificios, pero con contundencia espiritual: un firme paso adelante para un proyecto en el que cabe prestar atención de cara al futuro del rock en castellano y más allá.